miércoles, 7 de marzo de 2012

La locura transitoria es transitoria ya sabes, y mañana puede acabarse... Aunque sabes que no.



Seguro que todo el mundo a oído hablar de las almas gemelas y seguramente estáis pensado que ahora os voy a decir que ella es la mía, pero no, ni nos gusta la misma música, (claro que tenemos algún grupo en común, pero a ella le encanta ese de las rastas por las rodillas y yo no le puedo escuchar más de media hora seguida), ni tenemos las mismas ideas políticas, ni nuestro color preferido es el mismo, ni el número y seguramente halla muchísimas cosas más en las que no coincidamos, por eso no puedo decir que sea mi alma gemela, pero si puedo decir que es una mitad, la parte complementaria de mi yo. Te estoy hablando de conectividad, de pensar algo y decirlo a la vez, te hablo de no tener vergüenza, de no tener miedo, de saber que esa persona seguramente será de las que llames cuando tengas 30 años y te apetezca tomar un café. De las que veas fotos y no se te escape ningún momento, con las que te puedes pasar hasta las tantas hablando sin que ninguna de las dos se quede en silencio, yo a eso le llamo otra mitad, lo que me complementa como persona y estoy segura de que ella es la mía. 

martes, 6 de marzo de 2012

Me doy cuenta de que lo mejor era tenerte.



Espero que sepas, desde donde estas que no lo he pasado peor en mi vida, que daría cualquier cosa para que estuvieras aquí conmigo, cantando, viendo la tele o simplemente sentado en frente de mí recordando el frío que hacía (tranquilo, tus bufandas están conmigo, tenías razón cuando decías que quitaban mucho frío)…45 días después sigo sin creerme lo que anteriormente te he dicho, solo espero que algún día pueda verte otra vez, que te pueda sentir, porque no tuvimos una despedida, aunque tu sabes lo mucho que te quiero, muchísimo y la falta que me haces, gracias por todo, por todos esos momentos los buenos y los malos, por tus consejos, tus historias y tus te quieros. Yo siempre lo haré, no lo dudes. Las cosas han cambiado mucho, no solo en casa, en todas partes o igual he sido yo no sé, tampoco me apetece pensarlo igual suena egoísta pero es la verdad no me interesa, quizás no le doy importancia a tantas cosas, pero sinceramente no creo que me equivoque. Una última cosa y aunque este al final quizás se la mas importante tenía que agradecerte que la última vez que fui a verte, ya me duele que fuera en un hospital y no en casa, en el sofá, en tu sitio del sofá o en tu cama, pero que cuando fui a verte me despidieras con la mejor de tus sonrisas. Te quiero.

lunes, 5 de marzo de 2012

Piérdete con cada vaso.





Imagina que se te rompe algo, el vaso, por ejemplo, ese que tiras sin querer, y la gente se limita a traer una bayeta para el agua y una escoba para los cristales. Pero imagina que tú no quieres la bayeta. Querías ese vaso. Te importaba ese vaso. No entiendes que esté roto. Y entonces te pones a recoger los cristales uno a uno. Y tratas de pegarlos. Aunque, claro, mientras haces eso, se te ha olvidado secar el agua con la bayeta. Y también se te ha olvidado la hora que es. Y encima, hay veces que las cosas se rompen en siete trozos y vale, las puedes pegar. Pero a veces se rompen en cien o más. ¿Entonces qué haces? Pues lo que él hacía era intentar pegarlas de todas formas. No abandonaba, aunque el suelo hubiera cuatrocientos trozos. Y al final, sin querer, acababa dejando tirada a mucha gente, porque él estaba con el vaso. Que no era un vaso: era una persona.